viernes

Analogía.

He estado pasando unos muy agradables momentos, he estado yendo de un lado a otro, es rico y agradable, la semana pasada estuve en puebla, esta semana en taxco, la que sigue de nuevo en puebla, la que sigue sera en morelia, la que sigue sera en jalisco, en fin.

Hoy me di cuenta de algo, siempre lo habia sentido, pero no lo habia puesto en reflexión.
Cada vez que dejo algún lugar (en el que me haya hospedado) siento una leve tristeza, el despedirme del lugar, del cuarto que me vio dormir, amanecer y estar. Es raro como cuando abandono o mas bien cuando entrego el cuarto o habitación, ya se empieza a sentir feo.

Hoy (a esta hora ya se considera ayer) que entregue mi cuarto, sentí tristeza, pero se que así tienen que ser las cosas (jaja que drama). Muy bien, pues dejé mi cuarto, abandonamos el lugar, fuimos a realizar las últimas actividades del día y todo, pero por alguna razon tuvimos que regresar a donde estaba nuestro cuarto (hay explicación del por que regresemos, pero haría mas largo este asunto), y pues este hecho de reencontrarme con mi cuarto (aunque namas de lejitos) me hizo darme cuenta de algo (aparte de sentir feo y nostalgia o no se que), del gran parecido que tenia ese cuarto con el de una ex-novia (no con una ex-novia en especifico, cualquiera), veran:

Regresé, vi mi cuarto como era aseado y arreglado, encontrandose solo listo para recibir a alguien más. Quize entrar, pero sabía que ya no estaba en mi derecho el entrar, ese cuarto ya no era para mi, ¡¡que impotencia!! ¿Cómo era posible que apenas a escasas horas de mi retirada, en las que bien yo podia estar en el cuarto, caminando o recostandome en su cama, ahora no poder mas que verlo, mirarlo, observarlo y contemplarlo de lejos? tan sólo mirando el como es preparado para la llegada de alguien más, otro huesped.

1 comentario:

  1. Ahora si te la jalaste. Pero aun asi, me latió la comparación haha

    ResponderEliminar